DICIEMBRE
"PARA IR AL CINE NECESITÁBAMOS DOS HORAS DE CAMINO Y UN BOCADILLO. Todos los
viernes nos regalaba papá la tarde libre. Nada de deberes del “cole” ni de
aburridas tareas para ayudar a mamá en casa.
Papá nos
daba el dinero justo para ir al cine y si queríamos ir, en lugar del autobús,
debíamos ir andando. Había que cruzar todo el pueblo y continuar hasta las
afueras, más allá de la panificadora y de la fábrica de ladrillos abandonada.
A pesar de
todo era nuestro día favorito. Ni el sábado, con sus escapadas al lago o la
visita de la abuela, ni el domingo con sus festivas peleas mañaneras y el
desayuno al calor de la chimenea, superaban en diversión ni en felicidad a las
adoradas tardes de cine de los viernes. Al menos durante unos años..."
Siento cómo la intriga de apodera de mí😊
ResponderEliminarSiento cómo la intriga de apodera de mí😊
ResponderEliminarMe alegro que te guste <3
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