MIS HISTORIAS

Mis historias

DESDE MI VENTANA/ DICIEMBRE

EN SENTIDO INVERSO DEL FINAL AL PRINCIPIO, TODA LA HISTORIA

domingo, 30 de abril de 2017

DICIEMBRE 57

"No entendí por qué le parecía tan grave volver a Nueva York. En el instituto no encajaba, había dejado su relación con una chica que le tuvo absorto durante más de dos meses, su relación conmigo estaba dando sus últimos coletazos, el asunto del teatro concluía en unos días… Total, ¿qué le quedaba en España? Todo parecía indicar que esta etapa de su vida necesitaba un cambio significativo. Buscaba palabras de consuelo. Sabía que necesitaba escuchar algo que restara algo de angustia que le oprimía. No se me ocurría nada. ¿Sería verdad que nuestra amistad había expirado? Se me encendió una luz de pronto, ¿Nueva York? De repente, un cambio de aires tan drástico me parecía sumamente interesante, más que interesante, apasionante y salvífico. No me atrevía a verbalizarlo. Me volvía loco solo de pensarlo, ¿y si me iba a Nueva York con él y su familia? No era un asunto sencillo. Sus padres siempre me trataron con cariño, pero de ahí a acogerme en su familia y llevarme con ellos al otro lado del Atlántico había un abismo. El primer paso era contárselo a Isaac". 

sábado, 29 de abril de 2017

DICIEMBRE 56

"Apareció a los pocos minutos. Creí ver que me hacía un gesto y me acerqué. No tenía a quien contarle lo que le ardía en el pecho y optó por compartirlo conmigo. Nos apartamos del grupo unos metros. No sabía si llorar o reír. Con los ojos desencajados y sin vocalizar con claridad me dijo que sus padres tenían todo dispuesto para volverse a Nueva York, la ciudad en la que nació y donde había pasado su infancia. Al parecer, estaban esperando que regresara de su aventura teatral veraniega para partir de inmediato a EEUU. Le comunicaban que ya estaba todo listo para comenzar el nuevo curso en la ciudad que le vio nacer, a falta de los últimos trámites de matriculación. Yo no sabía que decir. Le dejé hablar, aunque a decir verdad decía poca cosa. Estaba desencajado. Reasumí de golpe mi papel de amigo íntimo. Le cogí del hombro, le llevé a un bar del pueblo a tomar unas cervezas y a dejarle que soltara todo lo que tenía dentro. Eran las tantas de la madrugada cuando volvíamos al albergue donde los compañeros de la compañía llevaban horas durmiendo".

jueves, 27 de abril de 2017

DICIEMBRE 55

"El destino volvió a unirnos a Isaac y a mí justo cuando parecía que la separación sería total e irrevocable. Faltando tan solo una semana para dar el cierre a nuestra temporada de teatro Isaac recibió una carta de sus padres. No acierto a comprender como dieron con él pues ni nosotros teníamos claro el itinerario que teníamos hasta unos días antes. Eso era un asunto que gestionaba nuestro director y a ninguno nos dio por cuestionarlo. Bastante teníamos con los ensayos de última hora, los repasos, los montajes, las representaciones y, como no, los desmontajes, que era la tarea más ardua y menos grata. Vi cómo le hicieron entrega de la carta y observé su cara de incredulidad. No sé si lo esperaba o no, pero la recibió con desconfianza y recelo. Le seguí unos instantes con la mirada y vi cómo se retiraba a leerla en solitario. Pronto me olvidé del asunto y me sumé al grupo que estaba preparando la cena". 

miércoles, 26 de abril de 2017

DICIEMBRE 54

"No éramos pareja. A pesar de las miradas asesinas que me lanzaba Isaac, no sin disimulo, Carla y yo no éramos nada más que amigos. Una amistad, tal vez un tanto peculiar, no digo que no, pero lo que éramos exactamente era eso, amigos. Era fabuloso tener a alguien con quien hablar sin disimulos ni poses. Según me venía a la mente, le soltaba cuanto pensaba y como lo pensaba, sin tapujos ni disimulos ni medias verdades. No siempre estábamos de acuerdo y ahí radicaba la riqueza de nuestra relación. Sus charlas me daban vida. Era pura energía y, a veces, pura contradicción. No era tan brillante como Isaac, pero sus reflexiones, cuando tenía el día sereno y calibrado, venían a aportar ese toque de intelectualidad que más echaba de menos de mi relación con mi amigo judío -o examigo, quizá debería decir.

Carlota era un espíritu libre, no iba a ser fácil que nadie la encerrara en el espacio limitado de una relación de pareja, al menos no, al modo tradicional. Hablábamos de todo y de nada, de cuestiones filosóficas y transcendentales o de absurdeces que no conducían a ninguna parte. Igual nos pasábamos la tarde de bromas y risas que nos silenciábamos y apenas cruzábamos dos palabras en toda la tarde. De vez en cuando desaparecía y no la veíamos justo hasta minutos antes de la representación. Esto desquiciaba a Roddy, pero nuestro director sabía que no encontraría a nadie con el talento y la frescura de Carla (y menos comenzada ya la temporada). Cómplices, amigos, amantes, compañeros… Carla era un pedacito de cielo en mi intrincado mundo de inconformista que tanto sinsabor me producía a ratos". 

martes, 25 de abril de 2017

DEICIEMBRE 53

"Representábamos distintos tipos de obras, desde cómicas, románticas e intrigantes a filosóficas y trágicas. “Historia de una escalera” era una de mis favoritas, pero la que tuvo más aceptación entre el público fue “La ratonera” de Agatha Christie. Yo representaba a un personaje algo pueril y peculiar, que no entendí bien al principio, pero que, una vez comprendido, me resultó desafiante y liberador. Nuestro director tenía bien estudiados los destinatarios de nuestro trabajo. Pocas veces no recibían con agrado nuestras representaciones. Todos los miembros de la compañía representábamos papeles muy diferentes en cada obra. Igual asumíamos el papel principal que hacíamos uno nada relevante. A Roddy no le gustaba que nos acomodáramos a un tipo de personaje. Insistía en la importancia de no encasillarse. Por otra parte, para él, era fundamental mantener la cohesión del grupo y evitar que nadie se sintiera imprescindible. A mí me daba igual hacer de anciano cascarrabias que de joven inseguro y quejica. Meterme en la piel de un personaje y perderme en su historia eran suficiente recompensa". 

lunes, 24 de abril de 2017

DICIEMBRE 52

"Estábamos llegando a la recta final. La realidad me golpeaba de frente. Solo considerar la vuelta a casa me generaba una angustia que se me instalaba entre el estómago y la laringe y me impedía respirar con fluidez. Sopesar las opciones no me llevaba mucho tiempo. Menor y aún sin emancipar, significaba volver a mi acogedor hogar. Ciertamente ni acogedor ni hogar definían en absoluto mi única alternativa. Aún quedaba la primera quincena de septiembre, con la que se cerraría la campaña de “Teatro Amigo” y no estaba dispuesto a dejarme abatir. Tenía que disfrutar cada instante de los que me quedaban y absorber cada micra de felicidad que pudiera obtener: los largos viajes de pueblo en pueblo, las charlas interminables con Carla, la actividad frenética a la llegada a cada sala o plaza, las actuaciones, los aplausos, las comidas y cenas compartidas con sus tertulias y críticas sobre lo que hacíamos bien y lo mejorable, las noches solitarias y mi diálogo con las estrellas (y con mi madre)…  No estaba preparado para renunciar a mis días de libertad". 



domingo, 23 de abril de 2017

DICIEMBRE 51

"La relación con Carla llenaba el vacío que me causaba la ausencia de mis conversaciones y complicidades con el Isaac de unas semanas atrás. Sin embargo, por las noches cuando buscaba el silencio y la soledad, hasta ella me estorbaba. Tenía la impresión de que vivía rodeado de ruido y parafernalia. Era como ser espectador de tu propia vida. Había perdido el sentido de la realidad. La huida de mi pueblo, de mi familia y de la vida que dejaba en el pueblo donde nací y me crie no estaba resultando ser la solución a mis problemas. Comencé a focalizar mi felicidad en un solo momento del día. Allí, subido en el escenario, viviendo otras vidas, dando vida a personajes que nada tenían que ver conmigo, asumiendo diferentes roles, sintiendo sin sentir… Actuar era como salir de mi mismo y desvincularme del dolor, del vacío y del hastío que despiadadamente retornaban terminada la representación de cada día".

jueves, 20 de abril de 2017

DICIEMBRE 50

"Curiosamente mi relación con Isaac se fue diluyendo como se deshace el hielo en el vaso cuando el tiempo se olvida de él. No sé cómo pasó, o quizá sí. Nos dejamos llevar. Ni yo me disculpé por cómo se desarrollaron los acontecimientos estando alojado en su casa ni él quiso buscar respuesta a la discusión que provocó nuestra ruptura. Trabajábamos juntos todos los días, comíamos juntos, viajábamos juntos y compartíamos los aplausos del público al término de cada representación. Estábamos más cerca el uno del otro de lo que nunca lo habíamos estado y, sin embargo, no podíamos estar más distantes. La relación era cordial y educada, si teníamos que colaborar mano a mano en el montaje del escenario, lo hacíamos sin pestañear; nadie, que no conociera a fondo nuestra relación, podría sospechar que algo marchaba mal entre nosotros. No quería perder al amigo que tanto bien me había hecho cuando me sentía aislado del mundo y el desconsuelo por perder a mi madre y después a mi hermana -aunque por diferentes razones- me tenían sumido en la desesperación. No obstante, no hice nada por reencontrarme con él y recuperar la hermosa amistad que tuvimos. Simplemente lo dejé marchar".

miércoles, 19 de abril de 2017

DICIEMBRE 49

"Me gustaba observar el cielo por la noche. Era como si la cúpula celeste, al amparo del silencio y la oscuridad de la noche, me pusiera en contacto con un mundo desconocido, mágico y lejano que escondía algo secreto que me estaba aún por revelar. El día estaba lleno de trajín. Demasiado, diría yo. Montábamos los escenarios, colocábamos la megafonía, nos hacíamos los trajes, nos maquillábamos y peinábamos unos a otros, hacíamos ensayos de última hora y, hecho todo el proceso, subíamos al escenario, lo dábamos todo, recibíamos los aplausos y vuelta a empezar, pero esta vez a la inversa, desmaquillar, desvestirnos, desmontar y a la pensión o al albergue, según lo que hubiera en el pueblo en el que actuábamos. No puedo decir que no me gustara lo que hacía. Estar activo me mantenía distraído y eso me gustaba. Faltaba algo y lo sabía. Era brutalmente consciente de que no me estaba escapando del todo de mis fantasmas. Llegada la noche buscaba la soledad. Evitaba las conversaciones y los encuentros despreocupados de los compañeros que, huyendo de los calores infernales de la severa estación estival de Castilla, buscaban el refugio en las salvíficas terrazas veraniegas. La soledad me reconfortaba". 

jueves, 13 de abril de 2017

DICIEMBRE 48

"Ya estábamos en marcha. Tantas ganas que tenía de irme de casa y, sin embargo, no era capaz de disfrutar de mi libertad incipiente. Me venía a la mente continuamente mi hermana con sus historias y sus malos rollos. No podía evitar pensar en mi padre, con sus ausencias emocionales y su repentino rol de empresario. Tenía presente mis reuniones con mi nueva tía que desapareció de la misma manera que apareció, sin dar razones de su venida ni de su partida. Me di cuenta de que había estado camuflando todas mis inquietudes, miedos y frustraciones con los preparativos de una partida en la que tenía puestas todas mis esperanzas y que no era nada más que una simple y auténtica huida. No había vuelta atrás. Me marchaba. Atrás se quedaban todos. La pregunta era ¿tenía derecho a dejar todo para buscar mi propia felicidad?, o por decirlo de otro modo, ¿valía la pena mi escapada teniendo en cuenta lo que dejaba en el camino?"

miércoles, 12 de abril de 2017

DICIEMBRE 47

"El encuentro con toda la compañía de teatro se produjo a las siete de la mañana. No hace falta decir que las conversaciones eran escasas y monosilábicas. Algunos teníamos los ojos pegados. Montamos en los coches casi sin mediar palabra. Nunca me gustó madrugar. Lo que peor llevaba de ir al instituto era el madrugón diario. Todos los días tenía que coger el autobús a las siete y media para estar en clase veinte minutos después. Me ponía el despertador a las cinco y media para despertar a mi hermana, preparar el desayuno y dejar organizada la comida y otros temas de casa. Llevábamos un par de semanas sin clases; además, llevaba ya días sin ocuparme de mi familia, sin tener mil cosas que hacer todos los días -incluidos domingos y festivos-. Parecía que llevaba siglos sin tener sobre mis hombros el peso del mundo. De repente madrugar un poco me parecía una carga pesada y fastidiosa. Qué curioso. Estar en casa y asumir todas las tareas, prácticamente sin ayuda, me parecía que formaba parte de otra vida. Una vida muy muy lejana". 

viernes, 7 de abril de 2017

DICIEMBRE 46

"Me instalé en su casa, previa presentación de sus padres. La tensión se masticaba, pero Carlota parecía estar acostumbrada a salirse con la suya y sus padres se limitaron a enseñarme mi cuarto y a desearme mucha suerte en la gira. La casa era enorme. Solo pasé tres días, pero apenas nos cruzamos. Carla, como la llamaba su hermana, tenía una habitación enorme con toda la tecnología habida y por haber. Isis, era su hermana pequeña y era un auténtico torbellino. Me encantó desde el primer instante. Congeniamos. Isis vino a mi cuarto la primera noche y me contó un montón de anécdotas sobre su hermana. Me estuve riendo un buen rato a costa de mi amiga. Cuando Carlota descubrió que teníamos un complot contra ella; echó a su hermana de mi cuarto con cajas destempladas. No pude evitar sonreírle a la peque antes de que se marchara y guiñarle el ojo a modo de complicidad. No te enfades con ella, le dije a Carlota, cuando Isis abandonó el cuarto; sólo estábamos pasando un buen rato, añadí, con una sonrisa que intentaba quitar hierro al asunto. Obviamente, no había tal complot y ambos nos reímos de las ocurrencias de Isis. El relax que me proporcionó la compañía de ambas fue una recarga de energía que me hacía mucha falta. Se me pasaron rápido los tres días". 

jueves, 6 de abril de 2017

DICIEMBRE 45

"Algo de verdad sí tenía mi amigo. Había dejado de escucharle desde que sus conversaciones giraban casi ineludiblemente en torno a la incomprensión de sus padres y el mal ambiente del instituto y a la mala suerte que tenía en esto y en lo otro. Todo eran protestas y lamentos. Ya no me parecía el chaval perspicaz e interesante que tenía respuestas lúcidas en clase que a todos sorprendía, incluidos los profesores. Echaba en falta el colega de juegos de ordenador y con el que se podía conversar sobre cualquier asunto. A su lado me sentía especial. Tenía la sensación que se me contagiaba su aire misterioso y su personalidad. No fui justo. Él había sido mi paño de lágrimas cuando mi padre se metió en su concha y me dejo al frente de mi maltrecha familia. Era muy raro estar en su casa y no hablarnos. Faltaban aún unos días para marcharnos con el grupo de teatro y tenía que encontrar una solución. Volver a casa de mi padre estaba descartado y quedarme en casa de Isaac era inadecuado, dada la situación a la que habíamos llegado. 
No tenía a quien acudir. Carlota resultó ser mi salvadora. Me la encontré el día que fui a por las notas al instituto. Todo lo que dijo al verme fue, ¿Puedo hacer algo por ti?, ¿resulta tan obvio?, le contesté con otra pregunta. Diez minutos después estaba en casa de Isaac recogiendo mis cosas para llevarlas a casa de Carlota".

miércoles, 5 de abril de 2017

DICIEMBRE 44

"Mi compañera de reparto, Carlota, vino a sacarme del agujero en el que me estaba metiendo. Quedábamos todo lo a menudo que podíamos. Hacíamos planes para el verano, conversábamos. Organizábamos todo lo que necesitábamos para el tour. Hacíamos listas interminables. Carlota era muy alegre y extrovertida, un chorro de energía y de talento. Era la mejor del grupo con diferencia. En el escenario se transformaba y te transportaba a lugares insospechados y a historias nunca vividas como en la lectura de un buen libro. Yo envidiaba su capacidad para ponerse en la piel del personaje. Con ella me sentía cómodo. Su optimismo y energía eran justo lo que necesitaba, muy a pesar de Isaac, que protestaba con ahínco cada vez que Carlota se me acercaba. Qué es lo que te molesta de esa chica, le dije fastidiado por su actitud. Todo, contestó él, y desapareció dejándome con la palabra en la boca y sin ayuda para preparar mi último examen de física y química". 

lunes, 3 de abril de 2017

DICIEMBRE 43

"Contaba los días para irme. Nunca fue fácil la vida en casa, pero la situación se me hizo insostenible. Me invadía la inquietud y el desconsuelo y necesitaba salir, buscar aire respirable. Me indignaba que me hubiese robado la felicidad que estaba experimentando preparando mi viaje. Ni siquiera pensar en el teatro y en los compañeros de reparto con los que pasaba tan buenos ratos me daba consuelo. Volvió a buscarme para continuar la conversación. Esta vez fui yo quien encontró excusas para no hablar. Qué más podía decirme. Sin embargo, a pesar de mis evasivas seguía insistiendo. Cuanto más me apremiaba más indignación iba sumando a mi frustración inicial. ¡Ahora no! ¡Ya es tarde! Le grité lleno de rencor. Me marché, maleta en mano, esa misma noche a casa de mi amigo".

domingo, 2 de abril de 2017

DICIEMBRE 42

"La situación en casa se enrareció aún más desde la última conversación con mi padre. Todo el enfado y el resentimiento que tenía contra mi padre dio la cara sin reservas. Que fuera una persona incapaz de transmitir emociones y que no tuviera capacidad para hacer de nuestra familia un hogar era dolorosamente comprensible cuando lo veía como una persona enferma que no podía controlar sus emociones. Descubrir que se había estado reinventando así mismo luchando por un sueño que no había podido o querido compartir con nosotros y que había supuesto dejarnos sin padre (después de perder también a nuestra madre) y sin infancia era muy difícil de comprender y mi cerebro se negaba a justificarle. No solo me había privado de un hogar seguro y protector donde un chaval pudiera dar rienda suelta a su fantasía sin agobios y preocupaciones. Perdí mi alegría natural desplazada por mis nostalgias; la cambié, sin percibirlo siquiera, por mi, cada vez más sombrío, carácter. La felicidad que había conseguido forjar con mis pequeños éxitos en el instituto, mis nuevos amigos y mi proyecto de viajar en verano con la aventura de la compañía de teatro se esfumo como si nunca hubiera existido". 

sábado, 1 de abril de 2017

DICIEMBRE 41

"Me sentía acorralado. Mi padre actuaba como si todo hubiera ocurrido de una forma natural. Como si lo que había ocurrido tuviera toda la lógica y la coherencia del mundo. Se sentaba frente a mí, con toda su calma y una frialdad que helaba la sangre, haciéndome una oferta a la que se suponía yo no podía renunciar. Tras la muerte de mamá se sumió en un universo de silencio e inaccesibilidad tanto física como emocional. Me dejó solo. Nos dejó solos a mi hermana y a mí.
 Dejó de ser nuestro padre. Buscó salida a su dolor creando su propio mundo -alejado del de mi hermana y mío. Me hizo asumir el peso de la casa. Me sentía engañado, traicionado. Su aislamiento y desvinculación con mi hermana y conmigo no me permitió vivir mi adolescencia; no pude renegar del mundo, no pude airear mis miedos, no pude llorar a mi madre. Qué injusto me parecía todo. Y entonces, viendo mi cara de asombro, dejó de hablar y dijo -para más sorpresa- ¿cuándo te marchas? Sabía de mis planes. ¿Por qué me sentía culpable? No tenía derecho a hacerme sentir así, desarmado, impotente, vacío... No, no lo tenía".