MIS HISTORIAS

Mis historias

DESDE MI VENTANA/ DICIEMBRE

EN SENTIDO INVERSO DEL FINAL AL PRINCIPIO, TODA LA HISTORIA

miércoles, 31 de mayo de 2017

DICIEMBRE 78

"La vuelta al instituto nos devolvió a la realidad. Me preguntaba como retomaría mi hermana su vida cotidiana. Tenía claro que no podía influir en ella ni ayudarla a no ser que ella me lo pidiera. Estaba alerta observándola, pero no movía ficha. Nuestra llegada a casa fue penosa; menuda novedad. Nada más llegar se desató el infierno. Nos abrió la puerta la madrastra de Blancanieves en pleno apogeo. Nada más entrar se dirigió a mi hermana con un reproche a voz en grito seguido de una monumental torta. Me quedé petrificado. Iba a abrir la boca -o mejor dicho cerrarla porque se me quedó abierta más de lo que la cordura recomienda- cuando una voz contundente y autoritaria, como nunca le había oído a mi padre, salió de detrás de la bruja. No sé si la señora no sabía que mi padre estaba en casa o si se creía tan fortalecida que ya no consideraba necesario fingir ni ocultar su verdadera cara, lo cierto es que su arrebato desmesurado la sacó de nuestra casa y de nuestras vidas de un plumazo. Así las cosas, recuperé mi cuarto y mi hermana su dignidad. Tras su golpe de autoridad mi padre volvió a hacerse casi invisible, al menos durante unos deliciosos y calmados días". 

lunes, 29 de mayo de 2017

DICIEMBRE 77

"Sara y Juancho se levantaban temprano para salir a correr. A su vuelta desayunábamos juntos y organizaban todo el día de manera que no quedara un hueco libre. 

Caíamos exhaustos todos los días. Aquel enclave estaba a tiro de piedra de la estación de esquí de Javalambre, de Valencia y, no demasiado lejos de Sagunto. También estuvimos en el Parque Natural de la Sierra Calderona. Más que vacaciones de relax parecía una competición. Lo pasábamos genial, pero si había alguien que estuvieran disfrutando de veras era Sarita. Estaba como en una nube. Y como no estarlo, estábamos viviendo en una semana más que en casi dos décadas de vida. Juancho era el perfecto anfitrión. No parecía cansarse nunca, nos llevaba a todas partes contándonos anécdotas sin parar, soltando datos y dando información sobre lo que veíamos a cada paso. No en vano, había pasado allí gran parte de su infancia. Los días que más disfruté fueron los de las rutas por el monte. Mi hermana se esforzaba por no quejarse y aguantaba el tirón cada día como si no hubiera un mañana. Acabado el día nos reuníamos en torno al fuego y charlábamos hasta las tantas. Llegábamos a la cama rendidos pero felices. Por primera vez en mucho tiempo la noche no me resultaba aterradora".


domingo, 28 de mayo de 2017

DICIEMBRE 76

"Juancho me invitó a pasar las vacaciones de navidad en su chalet de la sierra. La idea me encantó. Me permití el lujo de pensar un poco en mi felicidad y le dije que sí sin plantearme si era oportuno o no. Se lo conté a Sara, a pesar de que estaba convencido de que ni me escucharía. Para mi sorpresa abrió los ojos como platos y me pidió que le rogara a Juancho que la dejara acompañarnos. ­­Más sorprendido me dejó mi amigo que, lejos de poner alguna excusa o gesto de incomodidad, se mostró encantado con mi inesperada propuesta. Nos fuimos los tres a la sierra de Javalambre. Aquellas elevaciones y valles encajados me provocaban unas ganas enormes de salir y recorrerlo todo. No perderme ni una de sus sendas. Sara estaba cambiadisima. Se había quitado su disfraz de gótica. Iba con unos vaqueros ajustados y una camiseta blanca que la hacía parecer una chiquilla. El pelo recogido en cola de caballo y la cara limpia, sin maquillaje, le daban el aspecto inocente y saludable que hacía tiempo había perdido. Me sentí feliz de verla así. Juancho iba conduciendo y bromeando todo el tiempo. Estaba encantado con la presencia de mi hermana, más de lo que me hubiera gustado, a decir verdad. Por fin llegamos al chalet. No era ni enorme ni lujoso en exceso, pero su construcción sobria y equilibrada le daban un aire de fortaleza que me traía recuerdos de otros tiempos en los que se hacía necesario proteger la hacienda de los enemigos. Sus padres estaban allí. Nos recibieron con mucho protocolo. Amables y atentos, nos obsequiaron con una cena exquisita tras la cual nos mostraron unas excelentes habitaciones con vistas al valle del Turia. No desaprovechamos ni un solo día. El tiempo parecía haberse detenido".

martes, 23 de mayo de 2017

DICIEMBRE 75

"Roddy volvió a aparecer de nuevo sin avisar y de improviso en el sitio y momento más inesperado. No renuncio a volver un día a las tablas, pero hoy por hoy necesito cerrar esta etapa de mi vida sin dejar cosas inacabadas, fue lo que le contesté mientras echábamos un pitillo a medias. No le gustó mi respuesta. Mi miró, entre el humo de su cigarrillo, con cierto aire de indiferencia, como si no tuviera importancia. Dijo comprenderlo, pero se fue mohíno; relatando algo entre dientes; que parecía más una maldición que palabras de consuelo. No le volví a ver. No tuve claro cuál fue su ­verdadera intención. Algo en su actitud me hizo sospechar que había algo que me ocultaba. 

La gira, según me dijo, arrancaba en menos de siete días y la compañía recorrería los países de la Europa del este. Más tarde me contó un compañero de la campaña de verano que Roddy tenía todo listo para partir cuando le falló el actor principal. La empresa que le contrató le presionaba para que saliera de ruta cuanto antes. Tras su aparente desgana y falta de entusiasmo había una desesperada impaciencia por ficharme para partir cuanto antes. Me alegré de haber rechazado su oferta". 

domingo, 21 de mayo de 2017

DICIEMBRE 74

"La llamada del teatro ejercía una atracción sobre mí que apenas me dejaba dormir por las noches. Una parte de mí quería sucumbir a la promesa del éxito sobre las tablas de un escenario y la otra, más racional, me reclamaba finalizar los estudios, al menos los previos a la universidad. Mi sentido común me reclamaba no cerrarme posibilidades de futuro y mi lado más visceral me demandaba que dejara volar mi espíritu libre. De no haber existido la aventura del periódico y la inesperada y refrescante amistad de Juancho, la balanza hacia la escapada por Europa no habría tenido resistencia alguna. Estaba viviendo un auténtico déjà vu, volver a renunciar a marcharme e intentar ser dueño de mi propio destino, era algo que acababa de vivir tan solo unas semanas atrás. A pesar de lo duro que fue tomar la decisión. Poder decidir y elegir fue, total y absolutamente, terapéutico.  Tener opciones, para variar, era gratificante. Pero la libertad de elegir estaba mediatizada por lo que me había inculcado mi madre cuando no levantaba un palmo del suelo. No permitas que le ocurra nada a tu hermanita, me decía mi madre cada vez que la inquieta y jovial Sara, de aquellos tiempos de nuestra primera infancia, se metía en líos. Y me hacía prometérselo haciéndome una cruz con el dedo sobre el pecho mientras ella dibujaba su más tierna y aduladora sonrisa".

sábado, 20 de mayo de 2017

DICIEMBRE 73

"Con el periódico en marcha, mi relación con Juancho entró en una fase de complicidad y compadreo que empezó a facilitarme la vida en el instituto. Allá donde ponía la mano el alumno nuevo acudían los demás como abejas atraídas por la miel. Podía tener cualquier amigo, pero él prefería pasar todo su tiempo libre ayudándome a poner en funcionamiento el New News Paper, como le habíamos denominado, por mayoría, todo el equipo de redacción. El grupo se formó en menos de lo previsto y todos los temas se debatían y acordaban en asamblea y por votación. Los más ilustrados del instituto tuvieron su plataforma de comunicación. Dábamos cabida a todo tipo de colectivos; incluso el profesorado tenía su espacio. Insté a escribir sus quejas y demandas a todas las tribus que rondaban el centro.

                           El Paper,
como comenzaron a llamarlo, se convirtió en un vehículo de comunicación y en una herramienta de divulgación y publicidad. Todos querían tener su espacio. Viendo su éxito, no entiendo como no surgió antes la idea. La directiva del centro no estaba muy entusiasmada con el cariz que había tomado el asunto. La lucha por la libertad de prensa y el derecho a expresarse se convirtió en nuestro principal cometido; entre tanto el profesorado prefería que se usara para dar una cara del instituto actual, cordial, colaborativa y solidaria; cosa que distaba, con mucho, de ser cierto. A tal punto llegaron las tiranteces que el director nos exigió incorporar una comisión de profesores en el equipo de redacción o cerraría el periódico. A partir de ese momento, los artículos se moderaron. Todo debía pasar por innumerables debates y negociaciones. Aun así, merecía la pena. La lucha por mantenerlo abierto, dar cabida a las necesidades del centro, reflejar las realidades que circulaban por pasillos y aulas, las disputas con la comisión y todo ello, bajo la presión de un presupuesto cada vez más bajo, me hizo afinar el ingenio y también ganarme el respeto de muchos, especialmente de mi hermana y de Juancho".

DICIEMBRE 72

"Al término de las clases, en la víspera de Navidad, me encontré a Roddy echándose un pitillo relajadamente sentado en la barandilla del insti. Cuando me vio apagó el cigarrillo y se dirigió a mí con cierta parsimonia. Un “¡ey, chaval!” y un “¿echamos una parrafada?” fueron sus palabras. Me dio alegría verle, pero me costó controlar la sorpresa y el desconcierto de verle allí. Charlamos despreocupadamente durante más de dos horas. Perdí el autobús. Llegaría tarde a casa, pero, total, ¿a quién le iba a importar? Viendo que la conversación terminaba y no llegábamos a ninguna aclaración sobre el motivo de su visita, opté por preguntarle directamente. Creo que tener algo que te puede interesar, dijo, mientras se liaba otro pitillo. Me propuso marcharme con su compañía de gira por Europa. Otra gran oportunidad que pasa por mi puerta en un mal momento, es lo primero que pensé. Me dejó inquieto. No le di una respuesta inmediata. Tenía que reflexionar. La vida me había enseñado que a veces se nos llenan los ojos de promesas que a la vuelta de la esquina se convierten en cenizas que se las lleva el viento".

viernes, 19 de mayo de 2017

DICIEMBRE 71

"Juan Ignacio entró en mi vida como un ciclón. Otra vez me alié con el nuevo de la clase. Se matriculó con el curso empezado y era lo opuesto a Isaac. Estuvo claro, desde el primer instante que apareció por el instituto, que no había llegado para servir de diversión a los pandilleros que habían hecho la vida imposible a mi amigo judío. Era el caso atípico de chico de constitución atlética, seguro de sí mismo y ágil, física y mentalmente, que no usa ni abusa de su poder. Venía bien ese aire fresco en las clases. Su lucidez y buena disposición encantaba a los profes, pero nadie se atrevía a llamarle empollón, friky o algo parecido. Se incorporó en el equipo de baloncesto, para delicia de mis empalagosas compañeras del grupo de las animadoras. El que se había convertido en el más rarito de la clase era yo. Mi aire de bohemio intelectual, introvertido y aislado social no parecía ser el perfil de amigo que le pudiera interesar. Afortunadamente, me equivoqué. Se acercó a mi mesa y me preguntó si existía periódico escolar. Sin pensármelo dos veces le contesté que si obtuviera algún apoyo yo me comprometería a preparar un proyecto y proponérselo a la dirección del centro. En dos semanas estaba el proyecto en marcha".

jueves, 18 de mayo de 2017

DICIEMBRE 70

"Volvía a sentir la impotencia y desamparo que sufrí en aquellos días que mi madre me consolaba contándome historias. La noche me traía mis más oscuras reflexiones; era, sin duda, el peor momento del día. Me venía a la mente mi amigo Isaac, Nueva York, Carla, el grupo de teatro, la gira de verano… Si al menos abrieran de nuevo la academia. Pero no ocurrió. La rebautizaron con el nombre de Academia de danza y Artes creativas y se la llevaron al pueblo de al lado que contaba con más de 20.000 habitantes y prometía una proyección mayor. Necesitaba encontrar el modo de valerme por mí mismo y mientras ese momento llegaba era prioritario encontrar un trabajo a tiempo parcial que me permitiera conseguir algo de dinero y seguir estudiando. Tenía que encontrar algo a lo que aferrarme. Salvar a mi hermana no podía pasar por aniquilar mi espíritu. Si la suerte no me venía de cara tendría que buscarla yo". 

miércoles, 17 de mayo de 2017

UN PARÉNTESIS EN LA HISTORIA DE PABLO / HOY NERUDA

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.



Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos
           árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis
          brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

DICIEMBRE 69

"Algunas lecciones se deben vivir en primera persona para entenderlas. Es más que una frase, es la historia de mi vida. Desde pequeño escuchaba a mi madre hablar de lo importante que era sacar enseñanza de todo cuanto nos ocurría. Insistía en que a veces lo que se presenta como negativo o traumático puede ser el punto de arranque para algo fabuloso. Recuerdo aquello que me contó un día  mientras me arropaba y me daba las buenas noches. Yo llevaba llorando desde que llegué del colegio porque un niño me hacía la vida imposible. Saca las garras y defiéndete, pero no con los puños sino con el carácter y la actitud. Ante mi cara de incredulidad y de impotencia me intentaba consolar acurrucándome en su pecho y me decía en un susurro, que me clamaba como por encanto, que era necesario que nos encontráramos obstáculos para hacernos fuertes porque si no seríamos como el niño, al que por amor y miedo a que se atragantaran, dieron todo el alimento batido durante años y no le llegaron a crecer nunca los dientes. A decir verdad, me costaba sacar enseñanzas positivas de todo aquello que me iba sucediendo desde que abrí los ojos a la vida -especialmente desde que murió mamá. Y pensar que de chiquillo me parecía que era un niño desgraciado porque no podía tener las cosas que tenían los demás. No tenía de todo, es cierto, pero tenía lo que necesitaba". 

lunes, 15 de mayo de 2017

DICIEMBRE 68

"Recibí un e-mail de Isaac una semana después de su partida. Lo abrí impaciente, entusiasmado, como el que abre un regalo inesperado. Me explicaba al detalle la impresión que le causó su llegada a la ciudad desde antes de bajar del avión. Ya desde la ventanilla sufrió un gran impacto al darse de bruces con la ciudad en la que nació y en la que vivió sus primeros años. Tenía en la memoria cientos de estampas mentales de Nueva York, pero nada era comparable -según contaba- con respirar el ambiente de la ciudad, enredarse en sus calles, empaparse de sus sonidos urbanos y fundirse en su gigantismo convirtiéndose en poco más que nada. Leer las líneas de su correo me transportaba a aquella ciudad que, sin conocerla, había transformado en mi mente en el Dorado. En ese momento, más que nunca, puse Nueva York en mi punto de mira". 

domingo, 14 de mayo de 2017

DICIEMBRE 67

"Volver al instituto (habiendo tenido al alcance de la mano la posibilidad de alejarme de todo cuanto aborrecía) fue una dura prueba, especialmente desagradable, sin la presencia de aquellos que me lo hacían más llevadero, Isaac y Carla. Hacía tiempo que no me sentía tan solo. Decidí tomar el control, si no de mi vida, al menos de mis emociones. Terminar el bachiller era, no un curso más, sino un objetivo a cumplir. Salvar a mi hermana, era mi otro gran objetivo. Llegué tarde. Muy tarde. Había estado tan cerca de conectar de nuevo con Sara que volví a sentir la pérdida como la primera vez que se alejó de mí. El instituto se convirtió en su refugio. Hizo nuevos amigos, ahora más acordes con su nuevo look. Los góticos del instituto eran los bichos raros que no se relacionaban con nadie, asistían a las clases, no sin polémica. Rebeldes, antiglobalización, inconformistas, contrarios a la autoridad, viniera de donde viniera; su actitud frente al mundo era negativa y derrotista y no luchaban por cambiar lo que no les gustaba se limitaban a protestar y negativizar todo cuanto les rodeaba. Ese era el tipo de gente con la que mi hermana se iba. Vestían totalmente de negro, usaban adornos metálicos, grandes zapatones con plataforma, maquillaje excesivo que les daba aspecto cadavérico, la nota de color la ponían, en ocasiones, en el pelo, tintándoselo, como en el caso de mi hermana, de rojo pasión o de un azul intenso que desarmonizaba con sus rostros apagados y tristes…Parecían una auténtica secta. Sentía que habían secuestrado a mi hermana, puede que no su cuerpo, pero sí su alma". ­

jueves, 11 de mayo de 2017

DICIEMBRE 66

"Volver al instituto (habiendo tenido al alcance de la mano la posibilidad de alejarme de todo cuanto aborrecía) fue una dura prueba, especialmente desagradable, sin la presencia de Isaac ni de Carla. Hacía tiempo que no me sentía tan solo. Decidí tomar el control, si no de mi vida, al menos de mis emociones. Terminar el bachiller era, no un curso más, sino un objetivo a cumplir. Salvar a mi hermana, era mi otro gran objetivo. Llegué tarde. Muy tarde. Había estado tan cerca de conectar de nuevo con Sara que volví a sentir la pérdida como la primera vez que se alejó de mí. El instituto se convirtió en su refugio. Hizo nuevos amigos, ahora más acordes con su nuevo look. Los góticos del instituto eran los bichos raros que no se relacionaban con nadie, asistían a las clases, no sin polémica. Rebeldes, antiglobalización, inconformistas, contrarios a la autoridad, viniera de donde viniera; su actitud frente al mundo era negativa y derrotista y no luchaban por cambiar lo que no les gustaba se limitaban a protestar y negativizar todo cuanto les rodeaba. Ese era el tipo de gente con la que mi hermana se iba. Vestían totalmente de negro, usaban adornos metálicos, grandes zapatones con plataforma, maquillaje excesivo que les daba aspecto cadavérico, la nota de color la ponían, en ocasiones, en el pelo, tintándoselo, como en el caso de mi hermana, de rojo pasión o de un azul intenso que desarmonizaba con sus rostros apagados y tristes…Parecían una auténtica secta. Sentía que habían secuestrado a mi hermana, puede que no su cuerpo, pero sí su alma".

DICIEMBRE 65

"La que mi padre llamaba Tina, mi hermana bruja y yo usurpadora,  se paseaba por casa sin ningún pudor y con toda impunidad. Ocupé una habitación pequeña, que había tenido la función de trastero antes de mi marcha, porque mi cuarto se había convertido en el despacho. Decir que el ambiente de casa era extraño es quedarse muy corto. Encerrado en mi nuevo cuarto preparé un plan para abordar la nueva situación. En primer lugar, tenía que establecer las bases, o sea, qué estaba ocurriendo, qué papel desempeñaba cada quien. Estaba claro que me habían desplazado de mi estatus de organizador y controlador de la economía doméstica, hasta ahí ningún problema. Me habían ninguneado completamente, pero en realidad eso era una buena noticia para mí. Nadie me pedía nada ni me reclamaba ninguna actuación. Ser invisible es lo mejor que me podía ocurrir, dadas las circunstancias. Después estaba el asunto de las tareas menos gratas como cocinar, la colada, la limpieza, etc. que actualmente estaban a cargo de mi hermana. Bajo ningún concepto iba a asumirlas otra vez. El plan era liberar a mi hermana de ser la criada de la que se había convertido en la señora de la casa. Al menos, Sara estaba dispuesta a escucharme; tener una conversación con mi hermana y que interactuara conmigo era un privilegio con el que no contaba. Algo bueno saldría de todo el desconcierto que había irrumpido en nuestras vidas. Mi hermana escuchaba sí, pero estaba abatida y derrotada". 

lunes, 8 de mayo de 2017

DICIEMBRE 64

"No me podía ir a Nueva York dejando a mi hermana allí. Implanteable. Al menos ahora tenía algo por lo que luchar y mi hermana volvía a ser mi aliada. Isaac y su familia se marchaban en menos de una semana. La angustia volvió a anudárseme en el estómago. Iba a perder la oportunidad para despegar, cambiar de vida, ser yo mismo y emprender el camino a lograr mi sueño, que no era otro que el de convertirme en actor de cine y, sobre todo, ser dueño de mi propio destino. Días antes, cuando sugerí a mi amigo que Nueva York podía ser un giro en su vida en positivo y que me apetecía acompañarle en semejante desafío, se entusiasmó y me abrazó como si no hubiera un mañana. Sus padres acogieron la noticia -no sin asombro- como una excelente solución. Sin duda esperaban enfrentarse a un serio conflicto con su hijo pues sabían que no quería marcharse de España -aunque solo fuera por llevarles la contraria. Pero, no. De nuevo el destino se resistía a dejarme ser feliz, o al menos a intentarlo. No, no me iba a marchar y a dejar que mi hermana se hundiera en el mismo fango que casi me ahogó a mí. Irremediablemente, Isaac -con la promesa de una vida mejor- se marchó".

sábado, 6 de mayo de 2017

DICIEMBRE 63

"Sonó la llave de la puerta y, ante mi asombro, quien entró no fue mi padre sino una señora, entre rubia de bote y pelirroja descolorida, con el pelo recogido a modo de moño descontrolado que nada más verme dijo: “vaya el hijo pródigo ha vuelto”. Hubiera deseado que me tragara la tierra. Así que esas eran realmente las novedades de las que me hablaba mi hermana. Sara se levantó y se marchó a la cocina sin saludarla. La que parecía ser la madrastra del peor de los cuentos la dijo en un tono agudo que se metía hasta en la pituitaria, que la comida debía estar lista en diez minutos. O sea que mi hermana, que no sabía trocear un tomate ni sabía distinguir el aceite del vinagre, cocinaba para esa señora; entonces fui yo el que se dio de bruces con la realidad. Sentí ganas de vomitar. Salí corriendo al baño sin que me perdiera de vista aquella señora como si estuviera usurpando su casa. ¿Estaría esta mujer en la vida de mi padre antes de enrolarme en la gira teatral? Empecé a entender muchas cosas. Los espacios en blanco de mi cerebro se llenaron de golpe. Esas noches de trabajo que hacían que mi padre volviera de madrugada tantas veces, esos cambios de humor sin aparente justificación, esas ausencias de casi tres días sin explicación…"

jueves, 4 de mayo de 2017

DICIEMBRE 62

"Encerrarse en su cuarto ya no fue una respuesta válida para mi padre, que la obligó a enfrentarse a la realidad sin mediar transición alguna. Sara se refugió en su disfraz de adolescente rebelde y se vistió de negro para mostrar su rechazo, pero de nada la sirvió. Todo aquello que me contaba mi hermana producía un doble efecto en mi ánimo, por una parte, me entristecía en la posición y desconsuelo que había quedado- incluso me sentía hasta culpable-, por otro, mi ego se alegraba de que ella experimentara, al menos una parte de lo que yo llevaba años viviendo en absoluta soledad, pues, además de vivir una situación impropia de un chaval, ni siquiera pude contar tampoco con el consuelo de la complicidad que tenía con ella antes de la muerte de nuestra madre. 
Roto su aislamiento se vio forzada a asumir las responsabilidades que mi padre no le dio opción a rechazar. Su carácter volvió a sufrir un revés. La vida la estaba asaltando con reveses incompresibles para una chiquilla. Entre unas cosas y otras, mi hermana se estaba destruyendo. Ella no luchaba, se dejaba hacer. Ese fue su error".

miércoles, 3 de mayo de 2017

DICIEMBRE 61

"Me senté en el sofá frente a mi hermana. Me sentía como un invitado en mi propia casa. ¿O ya no era mi casa? Derrotado sobre aquél viejo mueble y con la lánguida luz que entraba por la única ventana del salón -algunas cosas parecían no cambiar nunca- mi hermana, que recuperó por momentos, un poco de la personalidad dulce y acogedora que tenía en los tiempos en que éramos uña y carne, me comunicó que las cosas en casa habían cambiado. Yo no salía de mi asombro, aún no podía imaginarme a qué se estaba refiriendo mi hermana. Obviamente, mi padre había tomado el control de la casa, ése que yo asumí como un adulto y que me robó mi infancia, mientras él jugaba al hombre de negocios clandestino. Me contó Sara, que mi padre hizo como si no hubiera ocurrido nada, es decir, como si yo no me hubiera marchado. Como si yo no hubiera existido nunca, evitó en todo momento mencionar mi nombre. El modus vivendi de la casa se modificó drásticamente, al menos para mi hermana. Las tareas que yo asumía se las pasó mi padre sin mediar negociación alguna. Ella tuvo que asumir todas las tareas de la casa de golpe, de las que no sabía nada y, probablemente pensaba que se resolvían mágicamente hasta que yo me marché. Pobre niña, se rompió la cápsula de cristal en la que se había enclaustrado".

DICIEMBRE 60

"Llegué a casa con el petate lleno de ropa sucia, de experiencias de todo tipo y de todos los colores y de nervios, a duras penas controlados. Allí, parado en la puerta, tuve un momento tremendo de indecisión e incertidumbre. La perplejidad llegó a extremos cuando metí la llave y ésta no respondió. Me quedé rígido. Pasaron unos segundos que parecieron una eternidad. Si me hubieran respondido las piernas habría salido corriendo de allí. Se abrió la puerta. Me encontré de bruces con una adolescente vestida al modo gótico, toda de negro y maquillada como una muñeca. ¿Sara? Balbuceé sin convicción. Hola hermano, dijo sin mucho entusiasmo, tras controlar una incipiente sonrisa inicial en la que me pareció reconocer su verdadero rostro. Tuvieron que cambiar el cerrojo tan sólo unos días antes, me contó, mientras abría la puerta y me dejaba entrar dándome la espalda de inmediato. Recordé que la cerradura daba fallo desde hacía años. Pregunté por mi padre. Pasa, contestó. Hay alguna novedad. No salía de mi asombro: la cerradura cambiada, mi hermana gótica y ¿aún me quedaban más novedades? ¡Pero si solo me había marchado un par de meses!"

martes, 2 de mayo de 2017

DICIEMBRE 59

"El temido día de la despedida llegó inexorablemente. Naturalmente no podíamos acabar aquel episodio veraniego sin la consabida fiesta de clausura. Nos pilló el final de la campaña en Villafranca, sus launas fueron el marco ideal. Corrió el alcohol. La música sonó hasta la llegada del amanecer. Hubo abrazos y palabras de amistad eterna. Intercambiamos teléfonos y direcciones de correo electrónico. No faltó ningún tópico, incluido el de “esto hay que repetirlo”. Algunos de nosotros nos íbamos a reencontrar tan solo unas semanas después en el instituto, pero otros se habían incorporado a la plantilla desde distintos puntos de la geografía y no iba a ser fácil mantener el contacto.
 
Carla, era de aquellos a los que tendría como compañera el curso siguiente, sin embargo, vino al rincón donde me encontraba, huyendo del ruido y lamiéndome mis heridas, para decirme que era nuestro último día. No supe cómo reaccionar. Solo un ¿¡qué!? ahogado e incrédulo salió de mi garganta. Se marchaba al País Vasco, donde su hermana estudiaba medicina. Se había aburrido de su vida en el instituto y había decidido estudiar Bellas Artes en Bilbao y continuar con su formación en danza e interpretación. Ahora sí tenía motivos para agobiarme de verdad. Que sería de mí sin, al menos, la presencia jovial e inquietante de mi histriónica amiga". 

lunes, 1 de mayo de 2017

DICIEMBRE 58

"Él había acudido a mí en ese momento en el que recibió una noticia que pareció romperle en dos; yo le apoyé, le ayudé a gestionar su angustia, pero no éramos esos amigos que en otro tiempo nos entendíamos casi sin hablar, que resolvían sus inquietudes con listas infinitas de soluciones alternativas, que soñaban juntos sueños posibles e imposibles, que compartían tiempo de ocio o de estudio; no, no éramos esos amigos. Yo no sentía que tuviéramos la confianza y complicidad que hacía posible hablar de cualquier cosa. Creo que me daba más reparo contarle lo que me rondaba la cabeza a mi recién recuperado amigo que lo que pudieran pensar sus propios padres. Básicamente, no sabía cómo enfocar el tema. Y la verdad, no entiendo muy bien por qué tenía tantos reparos. Me preocupaba tanto por su interpretación de la propuesta como por su reacción. ¿Pensaría mi amigo que le estaba utilizando para escapar de mi situación familiar al regreso de la aventura veraniega? Bueno, para ser sinceros, algo de eso sí que había. Usé el único modo que conocía. Se lo dije de golpe y sin ambages".