"Lo que podía leer en el sobre era algo así como 343
West End Av., ¿o era solo 43 y lo primero era un garabato involuntario?, ¡qué
horror!, no me aclaraba. Luego parecía leerse Upper West Side, nosequé más y, NewYork, USA. Bueno, lo
que sí sabía es que aquello estaba en el corazón de la ciudad y que tenía que
volver a Manhatan. No había tiempo que perder, el día no iba a durar
indefinidamente y no me podía permitir volver gastarme lo poco que tenía en un
nuevo alojamiento. Entré por el famoso puente de Brooklyn. No hacía falta ser
muy listo para saber que entraba justo por el lado opuesto al barrio donde
vivía mi amigo. Lo primero que pensé fue en usar el metro pero preferí usar los
autobuses porque me permitían empaparme de la ciudad. El distrito financiero lo
pasé enseguida, prefería entretenerme en otras zonas. Chinatown me sedujo desde
el primer instante. Era como estar inmerso en un plató cinematográfico. Los
colores, los olores, la música en las calles, todo, absolutamente todo, me
trasladaba al cine de los 70. Caminaba por sus calles como hipnotizado, tanto
que perdí la noción del tiempo y se me hizo tarde. El Soho era como una
película en blanco y negro, comparada con la pintoresca Chinatown. Cambié los
dragones por tiendas de marca y los ojos rasgados por turistas de todos los lugares
del mundo. Confieso que el Sur de Houston (Soho) no me resultó tan
impresionante, aunque nada en esta espectacular ciudad me resultaba indiferente.
Little Italy supuso una vuelta al colorido y a los olores de comida en la
calle. El instinto me decía que allí estaba más en mi sitio. Sería la presencia
de lo latino y lo ruidoso de sus gentes lo que me condujo a pensar que no
estaba tan lejos de casa. Para llegar a Chelsea cogí de nuevo un autobús. Isaac
me había hablado de los principales distritos de Nueva York y Manhattan me
parecía conocerlo profundamente sin haberlo visto jamás, salvo en mis ensueños.
No me podía imaginar que Chelsea guardara tanto encanto y valor histórico.
Tendría que volver más despacio. Tocaba avanzar, las horas del día se me iban
entre los dedos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario