"En el cole me
iba bien, si llamamos ir bien a tener notas de esas que no son para tirar
cohetes pero que tranquilizan a los padres porque vas aprobando y a veces hasta
con nota. Cuando hablaban con la profesora en casa la conversación posterior
era en plan serio y siempre repetía la misma canción, “trabajas bien pero
puedes hacerlo mejor, porque no das todo lo que puedes”. Pues sí, algo de razón
tenían mi madre y la profesora pero, malditas las ganas que tenía de estudiar
más o de esforzarme en hacer las cosas mejor. Total el “cole” cada vez me
aburría más y las clases no tenían nada de original no para mí que tenía mis
pensamientos en todo menos en las cuestiones que planteaba la profesora. Para
colmo, mi amiga Alicia, estaba distanciándose de mí porque yo empezaba a
resultarle poco interesante. No se lo reprocho, no me apetecía reunirme con las
chicas para ensayar los bailes del festival de navidad, no quería trabajar en
las propuestas de los profesores para formar equipos, no hacía nada más que lo
obligado y a ser posible sola. Sola, es como pasaba la mayoría del tiempo. Y
eso me lo busqué yo solita. A mí no me interesaba nada ni nadie y, de igual modo, a nadie le importaba yo".
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